Moshe instruye al Pueblo de Israel: Cuando entres a la tierra que Di-s te esta entregando como herencia eterna, y la establezcas y la cultives, trae las primeras frutas (bicurím) de tu huerta al Sagrado Templo, y declara tu gratitud por todo lo que Di-s ha hecho por ti.
Esta sección también incluye las leyes de los diezmos dados a los Leviím y a los pobres, las instrucciones detalladas de cómo proclamar las bendiciones y las maldiciones en los montes Grizím y Eival, como fue discutido al comienzo de la sección Ree.
Moshe recuerda a la gente que son el pueblo elegido por Di-s y que ellos, a su vez, han elegido a Di-s.
La última parte de Ki Tavó consiste en la Tojajá (reprimenda). Luego de listar las bendiciones con las cuales Di-s premiará a la gente cuando ellos sigan las leyes de la Torá, Moshe da una larga y dura lista de cosas malas, como enfermedad, hambruna, pobreza y exilio, que ocurrirán si ellos abandonan los preceptos de Di-s.
Moshe concluye diciendo al pueblo que sólo hoy, cuarenta años después de su nacimiento como pueblo, alcanzaron “un corazón para saber, ojos para ver y oídos para escuchar”.